domingo, 4 de marzo de 2012

Editorial: ¿Homo homini zombie?



Ante todo, un breve repaso de algunos hechos ocurridos en el Perú entre febrero y marzo de 2012:

- La organización criminal denominada "Maras Salvatruchas" se ha extendido a Perú. Cuentan con página web, incluso.
- La directora de un colegio es asesinada en plena matrícula.
- El terrorista Florindo Florez, conocido como "Camarada Artemio", confiesa haber ordenado 131 asesinatos, a los que denomina "hechos de guerra".

La lista de actos que evidencian las atrocidades a las que puede llegar el ser humano podría extenderse ad infinitum. Bastaría registrar la información que nos proveen los medios a diario. Y siendo sinceros, cabe creer que la situación no es tan novedosa como la plantean los alarmistas. Si leemos entre líneas la historia humana, no podremos negar que es un cúmulo de hechos tan atroces como los consignados líneas arriba.

Pero, entonces, ¿así es la VERDADERA especie humana? ¿Existe una naturaleza humana que, a juzgar por lo comentado, tiende a ser un mono con metralleta antes que un ser sociable e inteligente?

En su recomendable novela "Cell", Stephen King nos describe un mundo apocalíptico en la cual un fenómeno conocido como El Pulso ha convertido a quienes lo han recibido a través de sus teléfonos celulares (o móviles, como les dicen en otros lados), en zombies de conducta salvaje y desatada. No buscan cerebros ni, necesariamente, carne humana. Pero apenas balbucean palabras irreconocibles, se mueven sin rumbo fijo y es imposible razonar con ellos. La humanidad, entonces, se ha dividido entre los "normales" y los "insanos" (recordémoslo: no se trata de muertos vivientes).

Ahora bien, King juega con una idea mas bien espeluznante: que los zombies de su novela no son humanos alterados o enajenados, sino seres humanos que han sido liberados de "todo pensamiento, todo recuerdo y todo raciocinio". Es decir, el ser humano "tal cual", por decirlo de una manera simplista. Pero mejor, leamos al maestro en sus propias palabras: 
"- Me licencié en literatura inglesa, pero de joven leía mucha psicología - explicó el director -. Empecé por Freud, por supuesto, todo el mundo empieza por Freud. Seguí con Jung, luego Adler... y así sucesivamente. Detrás de todas las teorías sobre el funcionamiento de la mente acecha una más fundamental, la de Darwin. En la terminología de Freud, la idea de la supervivencia como primera directriz se expresa mediante el concepto del ello, mientras que Jung emplea la idea más grandilocuente de la conciencia de sangre. A mi juicio, ninguno de los dos cuestionaría la idea de que si a un ser humano se le arrebatara en un instante todo pensamiento, todo recuerdo y todo raciocinio, lo que quedaría sería puro y terrible.
(...)
- Si bien ni los freudianos ni los jungianos lo dicen a las claras, ambos grupos insinúan que cabe la posibilidad de que tengamos un núcleo, una única onda portadora fundamental o, (...) una única línea de código escrito imposible de eliminar.
- La PD - intervino Jordan -. La primera directriz.
- Exacto - convino el director-. En el fondo no somos homo sapiens, pues nuestro núcleo es la locura, y la directiva primordial, el asesinato. Lo que Darwin fue demasiado educado para expresar, amigos míos, es que no llegamos a dominar el mundo por que seamos los más inteligentes ni los más malvados, sino por que siempre hemos sido los cabrones más chiflados y asesinos de toda la selva. Y eso es lo que dejó al descubierto El Pulso hace cinco días.
(...)
- Me niego a creer que fuéramos dementes y asesinos antes de ser cualquier otra cosa - protestó Tom -. Por el amor de Dios, ¿y el Partenón? ¿Y el David de Miguel Ángel? ¿Y esa placa en la luna que dice VINIMOS EN SON DE PAZ POR TODA LA HUMANIDAD?
- Esa placa también lleva el nombre de Richard Nixon - señaló Ardai con sequedad-. Cuáquero, eso sí, pero no exactamente un hombre de paz... (...) no tengo intención alguna de lanzar acusaciones contra la humanidad. Si la tuviera, señalaría que por cada Miguel Ángel hay un Marqués de Sade, que por cada Gandhi hay un Eichmann, que por cada Martin Luther King hay un Osama bin Laden. Ciñámonos a lo siguiente: el hombre ha llegado a dominar el mundo gracias a dos rasgos esenciales. En primer lugar, la inteligencia,y en segundo, la disposición absoluta a acabar con cualquier cosa o persona que se interponga en su camino.
(...)
- La inteligencia humana terminó por imponerse al instinto asesino, y la razón sofocó los impulsos más dementes de los hombres. También eso es supervivencia. (...) La cuestión es que casi todos nosotros habíamos logrado sublimar lo peor que llevamos dentro hasta que llegó El Pulso y lo eliminó todo salvo ese núcleo salvaje. "

(Cell: Stephen King. Plaza & Janés, 2008. pp. 207-209)
Si bien los personajes de King parecen compartir aquello de homo homini lupus, también reconocen el otro lado, la otra cara de la humanidad, la cara que todos admiramos y a la que, al menos formalmente, aspiramos: el ser humano solidario, creativo, inteligente y en constante evolución.

Pero también del párrafo consignado, se deduce algo que puede ser o no esperanzador: King parece caracterizar a los seres humanos como seres de diferentes especies, en realidad. Su descripción de los seres humanos se basa en la estrategia que estos han desarrollado para sobrevivir: la inteligencia... o la disposición absoluta (provoca escalofríos pensar en lo que significa "absoluta") a acabar con cualquier cosa o persona que se interponga en su camino. 

Básicamente, estaríamos divididos entre aquellos que han logrado "sublimar lo peor que llevamos dentro" y aquellos que tienen eso peor que llevamos dentro como un "absoluto" (es decir, absuelto, sín límites). Esto no es más verdad de Perogrullo que decir que ES POSIBLE vivir... en base a la represión.

Fea palabra, ¿verdad? Huele a naftalina, a todo lo peor que también solemos asociar al ser humano (temores, ansiedades, neurosis). Pero la verdad es que todo lo que no sea esa Primera Directriz es represión. Precisamente, King contrapone la inteligencia a la Primera Directriz (que supuestamente todos llevamos en nuestro cerebro), y podría parecer una solución obvia y altamente humanista. Pero, ¿qué es la inteligencia sino el negarnos a dirigir nuestras vidas en base a la Primera Directriz? ¿Qué es la inteligencia, entonces, sino represión?

Tal vez se trate tan solo de terminología. Tal vez en lugar de "represión", deberíamos acudir a un término más preciso y carente de connotaciones negaticas ("control", "capacidad decisoria"). Pero el hecho parece ser que, sin necesidad de influencia alienígena alguna, el ser humano está optando por una conducta basada en lo que parece ser un instinto primitivo (y cuesta creerlo, pero hay personas inteligentes que creen que pueden esperar algo de quienes han optado por la Primera Directriz, como ésta despistada actriz). Si lo expuesto líneas arriba parece algo iluso, lean esto:

"Hoy creo más en El Chapo Guzmán (considerado el narcotraficante más violento y peligroso de México) que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas, quienes esconden la cura para el cáncer, el sida, etc. para su propio beneficio y riqueza.

“Sr. Chapo, ¿no estaría padre que empezara a traficar con el bien? ¿con las curas para las enfermedades, con comida para los niños de la calle, con alcohol para los asilos de ansianos (sic) que no los dejan pasar sus últimos años haciendo lo que se les pegue la reverenda chingada, con traficar con políticos corruptos y no con mujeres y niños que terminan como esclavos? ¿con quemar todos esos ‘puteros’ donde la mujer no vale mas que una cajetilla de cigarros?” (Kate del Castillo, en su cuenta de twitter)

En "El día de los muertos vivientes" (1985) de George A. Romero, se insinúa la posiblidad de comunicación entre seres humanos y zombies (posibilidad que se trunca más por culpa de los humanos que de los zombies). ¿Podríamos asimilar ésta solicitud de Kate del Castillo a un narco para que "trafique con el bien" como un intento de comunicación entre las dos ramas principales en las que parece haberse dividido la humanidad? ¿Es una ingénua esta dama? ¿O, como muchos, ha tirado la toalla y ha decidido que lo mejor en contemporizar y aceptar a un cártel criminal como una fuerza política, como parte de la sociedad, en lugar de un elemento antisocial?

Como siempre, parece que nuestras opciones se reducen a dos: sobrevivir civilizadamente (mediante la inteligencia)... o dejar libre al zombie que llevamos dentro. Y si nos atenemos a las noticias consignadas al inicio de esta nota, parece ser que los zombies se están convirtiendo en la mayoría dominante.

Si es que no lo son ya.


Daniel Salvo

2 comentarios:

  1. Buenísimo tu artículo, Daniel. Te felicito.
    Gracias por publicar la portada de mi último libro.
    Un abrazo, Adriana

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  2. Buenísimo tu artículo, Daniel. Te felicito.
    Gracias por publicar la portada de mi último libro.
    Un abrazo, Adriana

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