jueves, 30 de junio de 2011

Darkover, el sol sangriento (Marion Zimmer Bradley)










Si bien el planteo básico de Darkover, el sol sangriento es el de una novela de space-opera, con mucha aventura y acción, dicho planteamiento se complementa con un lado más reflexivo, en torno a las inevitables tensiones entre lo nuevo y lo viejo, las tradiciones y las nuevas costumbres. De hecho, se me ocurre que también podría leerse a Darkover como una novela post-apocalíptica, en la cual los rezagos de una tecnología poderosa han pasado a convertirse en objeto de la más burda superstición.

Estamos en un futuro en el cual el Imperio Terrano abarca incontables sistemas estelares. En este imperio, existe un planeta, Darkover, considerado “periférico” o “primitivo” por sus propios habitantes. Tanto así, que se habla a media voz respecto a la existencia de brujas y sacerdotisas, de nobles descendientes de antiquísimas familias que viven ocultos de los terranos, de torres escondidas donde se practican poderosos rituales mágicos…

El protagonista, Kerwin, es un terrano (¿terrestre?) perteneciente a la flota del imperio, que ha vuelto a Darkover en búsqueda de sus orígenes. Criado por sus abuelos en Terra, ha sentido siempre el deseo de conocer sus orígenes, quienes fueron sus padres y por qué fue abandonado en el Orfanato para Hijos de los Hombres del Espacio. Su búsqueda, en un principio, resulta infructuosa: no hay el menor registro de ningún niño con su nombre que alguna vez haya vivido en Darkover, aunque él recuerda lugares y palabras que sólo puede conocer un darkovano.

Su suerte cambiará cuando, al ser confundido con otra persona, ingresa a los círculos más selectos y secretos de la sociedad darkovana. Kerwin no es lo que creía ser, sino algo más, un personaje clave que podría ayudar a un cambio del estado de cosas, en el ya de por sí complejo mundo darkovano: Kerwin tiene también larán.

El larán es, en resumidas palabras, algún tipo de poder mental. Telepatía, telequinesis… No funciona solo, requiere para su concentración unos objetos que los darkovanos del comyn – la única casta que detenta esos poderes – llaman matrices, y que sirven para llevar a cabo prodigios de todo tipo, y que en otro tiempo fueron la gloria de Darkover.

Pero en el momento en que Kerwin toma contacto tanto con su origen comyn y sus propio larán, esas glorias han pasado. Los miembros del comyn son cada vez más escasos, y la técnica para el manejo de las matrices en las torres ha devenido en un cúmulo de supersticiones que está llevando a la pérdida de esas capacidades, las cuales, por otro lado, son objeto de interés por parte del Imperio Terrano, obviamente receloso de cualquier atisbo de poder incontrolable de los mundo súbditos.

De modo que Kerwin, en su momento, se convertirá en la clave de todo, en la medida que al descubrir su verdadero origen (no solamente que es un darkovano y miembro del comyn, sino algo más…), totalmente imprevisible para el lector, descubrirá también otros secretos que podrían cambiar tanto la historia de Darkover como la de la humanidad entera, dispersa a lo largo del Imperio Terrano.

Darkover forma parte de un ciclo de novelas bastante extenso - ¡más de veinte novelas!-, publicadas a partir de los años setenta. Si bien el personaje principal de Darkover es el terrano Kerwin, los personajes femeninos, los cuales destacan por ser poco convencionales, mujeres de espíritu libre y en constante rebeldía ante el conservadurismo de la sociedad darkovana, y son quienes, a fin de cuentas, resultan ser las verdaderas protagonistas de la historia.

Daniel Salvo

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