domingo, 7 de noviembre de 2010

Editorial: Lo que el coloquio nos dejó








Ante todo, un reconocimiento especial a Elton Honores, Gonzalo Portals, Marcel Velásquez Castro y Gonzalo Cornejo Soto, y por supuesto, al Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar - CELACP.


¿Que quienes son? Nada menos que los organizadores -y asesor académico - del Coloquio Internacional Lo fantástico diverso, que ha tenido lugar recientemente en la ciudad de Lima. No es el primer Coloquio en torno a la narrativa fantástica realizado en el Perú (hubo dos coloquios previos, en 2008 y 2009), pero mantiene el enfoque abierto tanto a investigadores acreditados (léase "con título") como a los amateurs, lo que, a mi juicio, incide de manera muy positiva en la variedad y calidad de las ponencias.


En estos tiempos algo degenerados (posmodernos, que le dicen), un acto literario suele pasar desapercibido. Con mayor razón, uno vinculado a la literatura fantástica. Publicar y presentar un libro en el Perú no implica necesariamente la existencia de lectores.


¿Entonces, cómo se explica la persistencia, la creciente institucionalización de los Coloquios? ¿Cómo se explica el hecho de que participen no solo investigadores de nuestro país sino españoles, colombianos, brasileños y chilenos?


Es evidente que nuevos vientos soplan en nuestro mundo literario peruano. Temas poco conocidos, autores casi fantasmales, publicaciones que hay que desenterrar con paciencia más propia de un arqueólogo o de un historiador. Y con esto, nuevos enfoques teóricos que alteran la noción de una literatura peruana sempiternamente enfocada hacia el realismo. La fantasía, el terror y la ciencia ficción son parte también de nuestra narrativa.


Pero el impacto de los Coloquios no se queda en esta perspectiva orientada hacia el pasado, esto es, descubrir (o mas bien, redescubrir) autores y textos de índole fantástica, e iniciar el estudio en torno a los mismos. Mas bien, con renovados bríos, se abren paso en nuestro medio publicaciones centradas en lo fantástico, tanto en el ámbito virtual (Velero 25 y La casa de Jarjacha) como en el físico (las revistas Argonautas y Clemente, de pronta aparición), engendrándose acaso una nueva generación de narradores que se suman así a lo previamente andado por J.M. del Portillo, Clemente Palma, Abraham Valdelomar, José B. Adolph, Eugenio Alarco, Juan Rivera Saavedra y otros.


Como un nexo entre un pasado literario sorprendente y un futuro lleno de promesas, avanza la institucionalización de estos Coloquios de Literatura Fantástica. Apoyemos la iniciativa.


Daniel Salvo

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